A lo largo de todo el litoral de la Comunitat Valenciana se han sucedido los hallazgos arqueológicos submarinos, como los que tuvieron lugar Valencia, en la zona de El Saler.
Estos de los que os hablo hoy no son hallazgos recientes ni mucho menos, aunque es continua la localización de restos de valor arqueológicos en nuestros fondos marinos.
Me estoy haciendo eco de un trabajo de Martin y Saludes que hace años publicó la Diputación de Valencia con ocasión de la aparición de objetos en aguas de Valencia, enla zona de El Saler, a media milla de la costa en una franja de unos 200 metros entre la zona frente a la que se halla(ba) la Cruz de los Caídos y la existente delante de la antigua fábrica “Plexi”.
La variedad de los materiales que aparecieron y la diversa tipología de las ánforas hizo pensar que los objetos no procedían de un solo pecio sino de varios aún cuando podría ser consecuencia de haberse utilizado esa zona como lugar de aguada, dada su proximidad a la Albufera.
Aparecieron diversos cepos de ancla en plomo macizo, piezas de ensamblaje y algún ancla de hierro aunque no menos importante fue el hallazgo de un anillo de piedra de 43 cms de diámetro por 14 cms de altura que se solían utlizar para confeccionar unas muy rudimentarias anclas al montar la piedra sobre una cruz de madera, resultando así de 4 uñas. Las anclas líticas fueron de los primeros artificios de los que se valió el hombre para impedir que sus embarcaciones fueran arrastradas por la corriente y el viento, inicialmente atándoles un cabo que las unía a la embarcación y posteriormente armándolas con uñas de madera como en el modelo encontrado.
Me ha llamado mucho la atención cómo en este trabajo, datado como os digo en 1966, cuando el buceo aún estaba en pañales, se hace referencia a la abundancia de restos arqueológicos cuyo hallazgo era consecuencia del incremento de la pesca deportiva submarina, hoy fácilmente practicable por la invención de la escafandra autónoma.