El pez ballesta no es precisamente habitual en nuestros buceos. En muy pocas ocasiones he podido encontrarme con el pez ballesta pero cuando he llevado una cámara encima –lo cual sucede siempre que buceo- su comportamiento ha sido curioso.
Buceo con el pez ballesta
El pez ballesta Balistes carolinensis es una de esas rarezas con las que a veces nos recompensa el mar permitiéndonos disfrutar de su presencia y de este modo seguir alimentando nuestra insaciable curiosidad por la vida marina. Es muy difícil de ver buceando, y las últimas veces lo he visto en Benidorm, Columbretes y Eivissa. Supongo que será un pez bastante escaso y por otro lado, busca fondos de hasta -100mts de profundidad, aunque al principio del verano realiza la puesta y fecundación de los huevos y se acerca más a la costa, a profundidades más asequibles para los buceadores.

Su figura no pasa desapercibida y rápidamente llama nuestra atención: de un color azulado con zonas más claras, tiene forma aplanada por los lados y marcadas aletas dorsal y ventral, una boca pequeña pero bien prominente en la que destacan unos labios carnosos y sobre todo una potente dentadura que nos recuerda a los peces loro tropicales.
El pez ballesta se muestra curioso a la luz
Y os decía lo del comportamiento curioso ante las cámaras porque la última vez que lo vi, lejos de huir de mí, se iba acercando curioso y decidido, enfilando directamente hacia mi flash. Aproveché cómo no la ocasión y le hice un improvisado book dada su disposición a posar, pero a cada disparo el pez ballesta revalidaba su interés por mi flash al que parecía intentar darle un bocado.

Y esto ya me había pasado en otra ocasión, en la que interpreté su comportamiento como una mera veleidad sin más explicación. Ahora creo que siente gran atracción por los destellos, por el brillo del flash e incluso de un foco –cuando acudió a mi tenía encendida la luz piloto del flash- pues en alguna otra ocasión que lo he visto sin cámara no ha mostrado el mínimo interés por mi persona.