Un mar en continua agresión.
Es bien conocida la problemática de los mares y las distintas agresiones que soportan desde el punto de vista medioambiental, como la continua contaminación de las aguas y la consiguiente presencia de tóxicos en el pescado que consumimos, hasta el agotamiento de estos recursos naturales y la pérdida de biodiversidad.
Es un problema mundial pero como dicen, actúa localmente, y ante esta compleja situación podemos, cada uno de nosotros hacer nuestra pequeña aportación a la salud de nuestras aguas litorales cuando navegamos.

Pequeñas pero importantes acciones individuales
Así podemos intentar generar la mínima basura posible en nuestras travesías utilizando por ejemplo trapos para limpiar y no papel de un solo uso. Además, la basura debemos acumularla para depositarla en los recipientes dispuestos en puerto, no tirarla por la borda como se suele hacer con las colillas, que pese a lo insignificantes que parecen, no son biodegradables y contamina cada una más de 50 litros de agua;
También cuesta poco romper los aros de plástico de los botes de bebida ya que, si por cualquier razón van a parar a la mar, suponen una trampa mortal para peces y aves marinas que pueden quedar atrapadas en esta improvisada red.
Por supuesto, siempre hay que evitar lanzar al ancla en fondos donde pueda hacer daño, como aquellos que acogen praderas de posidonia.

Tanto en la embarcación como en nuestras inmersiones podemos utilizar en las linternas, focos y demás aparatos electrónicos pilas reciclables.
La embarcación de buceo, siempre en buen estado
Por otra parte, un mantenimiento adecuado de nuestra embarcación hará que el funcionamiento del motor sea más eficiente y menos contaminante, a lo que también contribuye en gran medida el navegar a una velocidad de motor moderada que no sólo contaminará menos química y sonoramente –no hay que olvidar que los ruidos molestan a la fauna- sino que también nos procurará un ahorro considerable en combustible.
