Buceo en els Pallers de Xàbia

buceo els pallers

Entre el Cabo de San Martín, al norte, y la isla del Portitxol, al sur, encontramos una hilera de pequeños islotes de inconfundible perfil, els Pallers de Xábia, que albergan bajo las aguas un pintoresco y entretenido paisaje.

Els Pallers, buceo en los islotes del cabo de San Martín

Y hoy nos sumergimos allí, fondeando la embarcación en una de las boyas que  han colocado a lo largo del litoral de Xàbia para facilitar la tarea de los centros de buceo y, sobre todo, para proteger los fondos de la acción indiscriminada de las anclas.  El paisaje me recuerda instantáneamente a los islotes que cierran por el sur la caldera volcánica de Columbretes, esos pináculos rocosos de inspiración piramidal. Muchas de estas rutas vienen en la Guía de buceo de la Costa Blanca y si lo que nos gusta es el snorkel, encontraremos los mejores sitios para practicarlo en el libro Snorkel en la Costa Blanca.

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Tras hacer las parejas y una breve explicación  del recorrido nos lanzamos al agua que encontramos mucho más limpia de lo que era previsible habida cuenta del viento de los días anteriores. Una vez en el fondo avanzamos buscando los islotes, que habían quedado a unos 50 metros del fondeo, y desde allí vamos siguiendo su veril y sorteando las grandes rocas que salpican el camino y que reconocemos dándoles la vuelta para descubrir grandes grupos de sargos en perfecta formación.

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Fondos ricos en aguas de els Pallers de Xábia

Algún pulpo se ve delatado por la ostentosa construcción de su refugio, a base de numerosas piedras y restos de conchas de moluscos, y un par de meros de buen calibre se asoman fugazmente para contemplarnos e instantáneamente buscar la protección de sus cuevas. Contemplando la riqueza de estos fondos casi no nos damos cuenta de que, mientras, en el azul un cardumen de espetones avanzan patrullando la zona en busca de presas.

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Al llegar a la punta sumergida de los islotes saltamos a la otra parte y entramos en una pequeña gatera en la roca horadada donde los vistosos alevines de castañuela lucen su azul eléctrico y, aunque vamos con cuidado, es inevitable que se levante el fondo blando y enturbie el agua. Es el momento de invertir el rumbo y deshacer el camino que nos llevará de nuevo a un entretenido recorrido hasta la embarcación y con el buen sabor de una inmersión muy completa.

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