El buceo en los fondos de la Reserva Marina del Cabo de San Antonio es siempre un acontecimiento que se engrandece aún más por la majestuosidad del paisaje de acantilados que nos rodean.
Son muchas las ocasiones en las que he buceado en este enclave excepcional pero siempre quedo impresionado por sus cortados verticales que descienden vertiginosos los 163 metros de altura a que se encuentra el faro, bajo el cual también hay un excelente buceo.

La Cullerà, un vistoso buceo en aguas de Xàbia
En esta ocasión nos acercamos con la embarcación a la mordida de la pared del cabo, término de Xàbia, en la zona conocida como Cullerà (tal vez por la forma de enorme cucharada con que parece se ha desgajado esta pared) y nos dejamos caer sobre un fondo de -9mts.
El agua está excepcional, una visibilidad sorprendente y una temperatura bastante suave todavía, 20 acogedores grados. Enseguida encontramos la entrada a la cueva que trepana este coloso macizo. Es una gran abertura en la que en temporada se suelen ver cigarras de mar en el techo y con suerte algún bogavante enrocado.

Una cueva es la marca de la Cullerà
Tras la breve incursión en la cueva, en la que no debemos perder la luz de la salida, recorremos el exterior, en mar abierto, y comenzamos un recorrido paralelo al acantilado para ir sorteando las mastodónticas rocas que jalonan el camino hacia el cabo.
Estas enormes rocas aparecen aisladas entre la arena, atrayendo nuestra atención que se fija en los numerosos huecos y grietas que las trepanan, y otras veces se disponen caprichosamente, apelmazadas unas rocas con otras creando pasadizos que generan bonitos efectos luminosos y más en un día como ese que teníamos la claridad del agua con nosotros.

Durante el recorrido son innombrables las corvinas que podemos contemplar, de un tamaño bien considerable, tímidas y recogidas en huecos y balconadas de la roca. Multitud de sargos y salpas y alguna morena nos esperan en este paseo, y ahora en otoño no es extraño cruzarnos con un fugaz banco de serviolas que se acercan más a la costa para cazar y que parecen despedirnos mientras ascendemos finalmente a la superficie tras 50’ de intenso buceo Gran Reserva.
