Hoy vamos a disfrutar de un buen buceo en las Gorgonias. Cerca del cabo de San Antonio, frente a la pared de acantilados que presenta una mordida y que se conoce como Cullerà hay un fondo curioso, muy diferente al de esa zona y al que hacía ya mucho tiempo que no volvía a descender por lo que estaba muy ilusionado en una inmersión que, además, casi siempre representa algún factor extra de emoción por lo imprevisible de su desarrollo.
Buceo en las Gorgonias, una inmersión poco conocida
Quiero decir que no es una zona frecuentada ni conocida por los centros de buceo, no hay boya ninguna donde fondear y ni tan siquiera un punto preciso donde lanzarse al agua. Casi siempre se ha de detectar el punto combinando la referencia de la mordida de la pared con la información de la sonda, que nos indica una caída de unos -29 a unos -34mts., pero esa mañana no llevábamos sonda por lo que tuvimos que suponer el punto de caída de la barra…que, la verdad, fue mucho suponer.

Al fondo limoso le sigue una barra con gorgonias
La cuestión es que tras llegar a la zona lanzamos una boya lastrada y nos sumergimos por su cabo, esperando caer en la barra o cerca de ella. A medida que descendíamos la visibilidad iba reduciéndose hasta el punto de que cuando el profundímetro superaba los -30mts ni tan siquiera llegábamos a ver el fondo, que nos esperaba a -35mts. Nos habíamos pasado y estábamos en el desierto limoso que hay más allá de la barra. Había que tener cuidado con la flotabilidad porque a la mínima se levantaba una nube de finísima arena que anulaba la ya de por sí reducida visibilidad y en cuanto estuvimos todos preparados iniciamos un recorrido siguiendo la brújula que, más pronto o más tarde debería de llevarnos hasta la barra.

Y fue más bien tarde porque los minutos se hacían eternos a esa profundidad y el panorama desolador del limo los alargaba todavía más. Pero había que confiar en la brújula y, sobre los 10’ de navegación apareció ante nosotros la barra que buscábamos. Enseguida la subimos y pudimos contemplar la luminosidad de las gorgonias amarillas que abundan en esa zona, gorgonias del tipo Paramuricea clavata que me recordaban a las que se pueden ver en la segunda Llosa de Benidorm.
Las gorgonias, buen buceo en la Costa Blanca
Además, encima de la barra la visibilidad había surgido de repente, resaltando aún más la emocionante belleza del paisaje. Gorgonias por todos lados, en un aparente buen estado de salud que chocaba con la imagen que guardaba de la última inmersión en ese sitio, cuando las gorgonias aparecían cubiertas de un velo, una especie de moco que las vestía monocromo y que parecía que las estaba asfixiando. Otra interesante inmersión en el siempre sorprendete litoral de la Costa Blanca.
