La Costa Blanca es un paraíso para el snorkel. Su litoral no requiere de presentación, es bien conocido por sus luminosas playas de fina arena, los impresionantes acantilados que se asoman al mar y la serena belleza de unas calas de profundo carácter mediterráneo.
Debido a la singularidad de la costa casi siempre podremos encontrar lugares bien resguardados. Y con un clima envidiable, en la Costa Blanca podremos disfrutar del snorkel durante todo el año: sus templadas aguas son adecuadas para visitarlas incluso en invierno, en que un traje de neopreno será suficiente para contemplar cómo la vida se transforma durante estos meses.

Snorkel, el modo más ecológico de descubrir el mar
El snorkel es una refrescante actividad que puede disfrutar toda la familia. Es el modo más sencillo y ecológico para reconocer los fondos marinos superficiales de nuestro litoral. Tan solo unas gafas y un tubo nos bastarán para reconocer relajadamente los fondos someros y contemplarlos desde superficie, sobrevolándolos para maravillarnos de sus paisajes y de la cantidad de vida que los puebla.
A la mayoría de buenos puntos de snorkel que podemos encontrar en el litoral de Alicante se puede acceder andando, no necesitamos de embarcación ni de elementos contaminantes. Tampoco nos hará falta titulación alguna ni permisos, aun cuando se trate de aguas que tengan la consideración de espacios protegidos, ya que el snorkel está exceptuado de autorización previa.

Los fondos marinos de la Costa Blanca
En la Costa Blanca disponemos de más de 200 km de litoral para disfrutar de nuestras incursiones submarinas. Vamos a encontrar fondos ricos y variados en los que es nota común la transparencia del agua, que permite la presencia de plantas y algas fotófilas a profundidades de hasta 30 m. Este es el hábitat de la mediterránea Posidonia oceanica, cuya presencia es indicativa de la calidad de las aguas.

Los fondos blandos son los típicos de las playas de arena. Muchos los consideran poco menos que desiertos en los que hay poca vida, aunque realmente estos fondos albergan especies que se han adaptado perfectamente y que requerirán de nuestra especial atención para descubrirlas pues su recurso de supervivencia pasa por la invisibilidad.

En contraste, los fondos duros son geológicamente continuación de las zonas rocosas de superficie que en forma habitual de acantilados continúan bajo el agua como laderas, más o menos escalonadas, con acumulación de bloques de roca a sus pies.
Dan cobijo a más vida que los fondos blandos y son los preferidos por los buceadores y snorkelistas al permitir generalmente aguas más claras, resultar orográficamente más bonitos y variados, y permitir observar mayor número de especies.

Snorkel en la Costa Blanca
Muchas de las mejores rutas de snorkel que podemos seguir vienen documentadas en el libro Snorkel en la Costa Blanca, una exhaustiva publicación de más de 200 páginas con rutas, recomendaciones y una guía de especies.
Al norte hay que destacar los fondos de la Reserva Marina del Cap de Sant Antoni, que acogen multitud de vida de considerable tamaño –meros, corvinas, morenas, langostas etc.
El resto del litoral entre Xábia y Calp nos desbordará con infinidad de puntos de snorkel y buceo de gran calidad paisajística y biológica. Desde los acantilados de Benitatxell y Teulada-Moraira pasamos a la costa suave con pinos asomándose al mar de Benissa, hasta llegar a la impresionante mole rocosa del Penyal d’Ifach en Calp, auténtico icono de la Costa Blanca. Más hacia el sur, las verticales paredes del Mascarat se hunden en el mar para ofrecernos ricos fondos dibujados por grandes rocas de desprendimiento que crearán bonitos pasadizos, arcos y contraluces.

Snorkel en la Serra Gelada y Tabarca
Tras la isla Mitjana de Altea en la Serra Gelada, donde los fondos nos siguen sorprendiendo, encontramos la Isla de Benidorm, auténtico oasis de vida y pureza a un tiro de piedra de la mayor metrópoli turística de la Costa Blanca.
Las costas de la Vila Joiosa y de El Campello son perfectas para el snorkel porque cuentan con fondos poco profundos, hermosas praderas de posidonia y abundancia de vida en un buen puñado de calas y playas. Un poco más al sur, el cabo de Las Huertas en Alicante acoge también algunas pequeñas pero sabrosas calas como Jueus o cala Palmera, que sirven de pórtico a la vecina isla de Tabarca.

Tabarca es una referencia en todo el Mediterráneo en cuanto a la calidad y belleza de sus fondos marinos; es difícil encontrar destinos que acojan tanta vida y de un calibre superior como Tabarca, la primera reserva marina que se creó en España.
Frente a Tabarca, la costa norte de Santa Pola comparte la transparencia y colorido de la isla en un marco de litoral virgen presidido por la formación montañosa de la sierra, uno de los pocos ejemplos que quedan en el litoral mediterráneo de arrecife fósil.
También las calas de Torrevieja son un entorno maravilloso donde lanzarnos al agua y recorrer sus luminosos fondos con equipo ligero. Al sur del cabo Roig el litoral se presenta rocoso y escarpado. Un buen ejemplo es la Caleta, una pequeña cala de roca trepanada donde disfrutar de un buen snorkel siguiendo una barra sumergida en la que se dibujan pequeñas ventanas en la roca y otras áreas cubiertas de posidonia, con numerosos islotes sumergidos.

Y es que la Costa Blanca esconde infinitos tesoros sumergidos al alcance de nuestros ojos, el mejor parque temático del mundo donde las atracciones, en forma de paisajes sumergidos, vida abundante y vestigios históricos desbordan cualquier ingenio humano y donde los artistas actúan con una sorprendente naturalidad: los peces y el resto de los moradores de tan privilegiados fondos. Nosotros como invitados sólo debemos procurar no ensuciar y, si podemos, colaborar en su limpieza y salud.