Nuestros fondos marinos cuentan con abundantes restos de embarcaciones, unas naufragadas por la acción de los elementos o la calamidad, y otras hundidas premeditadamente en acciones de guerra.
Un submarino en aguas de Calpe
Una de estas es el submarino U77 hundido en aguas de Calpe durante la Segunda Guerra Mundial, del que en su día os hablamos. Ampliando la información que os ofrecíamos, durante el interesante pero fallido Mediterranean Dive Show que se hizo hace unos pocos años en Calp pudimos ver el documental que Fernando Navarrete y la Fundación Greenwich realizaron sobre el hundimiento del U77.

Documental sobre el hundimiento del U77
Y tuvimos también la ocasión de oír de los propios Navarrete y Juanjo Rodes, uno de los miembros de Greenwich, algunos datos clarificadores sobre los momentos previos al hundimiento y sus causas. Para llegar a este conocimiento fueron rastreando numerosas fuentes de información en la búsqueda de alguno de los supervivientes del naufragio. Y así consiguieron encontrar a Peter, uno de los 46 miembros de la tripulación del submarino que se fue a pique el 28 de marzo de 1943 en aguas de Calpe.
Peter les contó que el U77 había partido de su base naval en La Spezia (Italia) para desarrollar sus actividades militares por el mediterráneo occidental. Y así estuvieron deambulando en su quehacer de hundir embarcaciones aliadas hasta que la noche previa al hundimiento recibieron la orden de regresar a su base en La Spezia. Como habían estado de campaña habían gastado todo su armamento menos un solo torpedo que aún les quedaba, insuficiente para acometer más misiones y tal vez incluso para defenderse.

Un avión británico hunde el submarino
Así que rumbo de regreso, y en la mañana del 28 de marzo, cuando estaban emergidos y tenían a la vista el perfil de la isla de Ibiza, siendo alrededor de las 11h se vieron sorprendidos por un avión inglés que comenzó a bombardearlos por lo que tuvieron que cerrar escotillas y sumergirse a toda prisa, permaneciendo así durante una hora para luego volver a subir y a bajar sucesivamente por continuar aún la amenaza volante. A la cuarta emersión, una carga de profundidad les rompió el escape del submarino y produjo una entrada de agua que inutilizó los motores diesel, lo que les forzó a subir y a recibir el ametrallamiento de los aviones ingleses, sin sufrir ningún daño considerable salvo la pérdida de una de las dos balsas de salvamento con que contaba el sumergible.

Pero con el paso de las horas el submarino se fue hundiendo de popa y sobre la 01h el comandante, Otto Hartmann, da la orden de abandonarlo, con la mala suerte de que la única balsa de salvamento que les quedaba se perdió en la oscuridad de la noche dejando a la tripulación en un mar frío y a la deriva a unas 12 millas del peñón de Ifach.
No obstante y por casualidad, un grupo de supervivientes encontraron la balsa perdida y nueve de ellos consiguieron subir y mantenerse en ella hasta que fueron rescatados a la mañana siguiente por un pesquero de Calp.
Hundido a -85 metros
Ahora, según nos cuenta Juanjo Rodes, que fue uno de los buceadores que descendieron hasta el submarino, este yace a -85mts en un fondo frío con muy poca visibilidad, y casi cubierto de redes de pesca, sin duda una dificilísima inmersión solo apta para cualificados buceadores tek. Las imágenes que han conseguido tomar y la historia que nos han contado nos ilustran perfectamente de la dificultad de este proyecto y del excelente trabajo que han llevado a cabo y que pudimos ver en el MDS de Calp.
