Muy cerca del club náutico de la Vila Joisa, en su vertiente norte hay una bonita playa conocida como Varadero, en probable alusión a las actividades de construcción náutica que en la zona se desarrollaran, aunque también se la denomina Estudiantes.
Es un lugar fenomenal para una jornada de playa y esnórquel, próxima a la localidad pero sin las incomodidades de la primera línea que a veces nos deparan las céntricas playas de ciudad.

Como digo es un lugar muy cómodo y adecuado para el paseo acuático con equipo ligero de modo que pertrechados al menos de aletas, gafas y tubo -como el agua aún está fresquita yo me calzo también el traje de 5 mm- comenzamos un recorrido que desde el comienzo de la playa, allá donde hay un blanco promontorio rocoso, nos llevará siguiendo la línea del litoral en dirección hacia el puerto, paralelos a la línea de la escollera que lo limita.
Fondos luminosos que toman un tono verde cristalino por la influencia de la posidonia que cubre áreas del lecho, mientras que otras zonas quedan despejadas en forma de blancos arenales. Pero lo interesante es ir junto a la irregular plataforma rocosa que como si de un bullicioso alojamiento se tratara alberga entre sus mil huecos a pequeños peces que parecen observarnos como sucede con el gobio o el blenio, mientras van y vienen los grupos de sargos y mabras buscando algún pequeño crustáceo que llevarse a la boca.

Por la pradera de posidonia será fácil el encuentro con cardúmenes de salpas que van pastando incesantemente y picoteando esta planta y tal vez algún tímido serrano que se esconde entre sus hojas.
Probablemente no hará falta llegar hasta el extremo del espigón, un recorrido un poco largo por lo que en cualquier momento podemos darnos la vuelta y seguir entretenidos el paseo acuático que nos descubre los someros fondos de la playa del Varadero.
